lunes, 30 de mayo de 2011

Introducción

Miles de latidos eufóricos le tronaban en los oídos. No era como el típico golpeteo que la gente cree escuchar o conocer tan bien. Eran muchas bombas de extracción trabajando al mismo tiempo. Succiona, escupe; y así sucesivamente.

Quien no me conociera diría que llevaba días, quizá semanas sin dormir; pero la realidad, era que en ese preciso momento  estaba contemplando las diferentes formas de cómo llevar a cabo una masacre de una manera fina, limpia. No los soportaba, sin embargo en ese momento me debía a ellos.
Humanos. Cientos de ellos, probablemente miles, intentando darse un lugar en el submundo, queriendo ser los elegidos; pensado que la vida de esa manera era mucho mas fácil, más longeva. Lo cierto era que la primera lección que aprendían al ser seleccionados era “Nadie es Irremplazable”, por ende duradero. Nadie era tan inmortal como imaginaba que sería, y cada uno tenía una debilidad distinta que solo descubriría al enfrentarse a ella, quizá estando al borde de la extinción. Cada uno tenía que idear un técnica de auto-conservación que les salvara el cuero hasta el último minuto de existencia. Era por eso que estaban ahí, porque la Orden necesitaba nuevos reclutas; pero ellos no lo sabían, no lo suponían. Creían que estaban por ser seleccionados como privilegiados, para perdurar. En realidad estaban siendo testeados para poder definir quien de ellos era fuerte, y capaz de defender la seguridad de una de las sedes mas importares de limpieza del mundo. Ellos querían que limpiaran su mierda, y defendieran su culo. La mierda eran ellos mismos, humanos molestos y vampiros subversivos; su culo era el negocio multimillonario que se traían en mano, que nadie debía conocer, ni tampoco tratar de impedir que se llevase a cabo.
A partir de este día ellos le deberían su vida, les darían devoción. Como yo, como todos nosotros.

1 comentario:

  1. Ya había dejado mi comentario en la Pagina de FB pero aun así debo felicitarte por un grandioso comienzo.

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